Transformación digital en UniversidadesLa penetración de la Transformación Digital en la industria del transporte, entretenimiento y hotelera han cambiado completamente la forma en la que nos desenvolvemos cotidianamente. No obstante, ¿podrá pasar lo mismo con las Universidades?

Transformación Digital es la tendencia que hoy en día moviliza a las organizaciones como proceso y habilitante para desarrollarse y competir ventajosamente en un mundo globalizado e interconectado, mediante una drástica conversión del núcleo de sus negocios a través del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones.

Ejemplos de ella abundan y crecen en el mundo. Uber, la empresa que mayor cantidad de taxis mueve en el globo, carece de vehículos de alquiler propios; es un negocio de tecnología. Lo propio sucede con Airbnb, plataforma tecnológica del rubro hotelero que, sin tener una cama en su inventario, supera en cantidad de plazas ofertadas a la suma de las mayores cadenas del Mundo; o Netflix, hoy en día, el principal comercializador de contenidos fílmicos, es, en definitiva, un gestor de videos apalancado en tecnologías.  Y los ejemplos suman y siguen. Todas ellas son empresas que ofrecen desde las tecnologías, servicios que han existido por décadas, superando a su paso -y muchas veces derribando-, a sus anticuados competidores (Taxis tradicionales, hoteles, televisión, video clubs, etc.)

… y esta realidad no queda ajena al ámbito de la Educación Superior… Y no tenemos ninguna posibilidad de detenerla.

Y Transformación Digital en una Universidad es, simplemente, hacer evolucionar radicalmente y a partir de las tecnologías, los mecanismos, herramientas y métodos según los cuales se ha conducido y conduce el quehacer académico, a fin de posicionar a la Institución en estadios de operación y competencia completamente diferentes.

Y no estamos hablando de tecnologías para la gestión como sistemas de administración académica, financiera o de Recursos humanos, o sus correspondientes plataformas de apoyo a la Toma de Decisiones, todos ellos muy importantes y necesarios, pero higiénicos; estamos hablando de tecnologías de apoyo y transformación del Ejercicio Académico de la Docencia, la Investigación y la Vinculación con el Medio.

Hoy como nunca antes, veámoslo o no, las tecnologías se han transformado en una componente estratégica dentro de las Organizaciones, sino la que más.

TIC EN UNIVERSIDADES

Llama la atención no solo dentro del sistema Universitario chileno, sino también a nivel mundial, el débil protagonismo de las TIC en el accionar académico.

Un análisis rápido de las Planificaciones Estratégicas de virtualmente todas las Universidades del país y del mundo, inclusos de las más prestigiosas, revela que las Tecnologías no aparecen mencionadas en los objetivos estratégicos de su quehacer medular (lo académico) y, cuando aparecen, solo lo hacen ligadas de modo tangencial a materias de gestión.

Y esta visión estratégica feble en lo relativo a Tecnologías, se cristaliza claramente en la asignación de recursos donde, independiente del tamaño del presupuesto en TIC de las Universidades, menos del 10% de éstos se dirige directamente y con sentido al quehacer académico (En nuestra PUCV se reduce a Aulas Virtuales, Bases de datos de referencias científicas, e iniciativas puntuales de Unidades Académicas con softwares o hardware específicos de disciplinas (Autocad, SPSS, Ciplex, servidores aislados, gadgets, etc.-). Más del 55% de los recursos TIC apuntan a la Gestión (sistemas de información que automatizan la burocracia y la toma de decisiones institucional –Navegador Académico, RRHH, Finanzas, Stella Polaris, etc.-) y el 35% restante a infraestructura tecnológica (Internet, redes de datos, computadores, Tablet, Pizarras electrónicas, WiFi, etc.) que pudieran (o no) servir a fines académicos en la medida que se le dé un sentido.

Se comprueba que, con mínimas variaciones, el entorno descrito es equivalente en prácticamente, todas las Universidades del Mundo, lo cual por un lado llama a la reflexión y por otro, abre una oportunidad enorme a la Institución que se decida a avanzar resueltamente en esta línea.

BARRERAS

La pregunta que naturalmente surge es ¿Por qué las Universidades no introducen de modo más dinámico y efectivo las Tecnologías en su quehacer Académico, toda vez que las organizaciones que sí lo han hecho, la experiencia demuestra que han sabido diferenciarse de sus pares y obtener mejores resultados?

No existe una respuesta definitiva a esta pregunta, pero las evidencias apuntan a la distancia creciente entre el vertiginoso avance de las tecnologías y el conocimiento que tienen de ellas aquellos que construyen la experiencia académica, esto es nuestros catedráticos. Por lo mismo, resulta imprescindible animar una discusión tendiente a romper este verdadero “Nudo Gordiano” y avanzar en este cambio de paradigmas, porque en el escenario económicamente restrictivo y altamente competitivo en que hoy en día se mueven las Instituciones de Educación Superior, una buena respuesta podría marcar la diferencia entre permanecer y crecer o jibarizarse o, incluso, desaparecer.

Ante este escenario, esta DSIC está convencida que en este siglo XXI, la Universidad que logre apoyar de modo efectivo su quehacer Académico en las Tecnologías de la Información, podrá obtener mejores resultados y distinguirse dentro del concierto de la Educación Superior. Confiamos como Dirección tener la fuerza y claridad para “evangelizar” y movilizar este mensaje en el resto de nuestra Comunidad Universitaria.

Las opiniones vertidas en esta columna no representan necesariamente la visión de la Institución

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